domingo, 7 de abril de 2013

Artana-Cova del tronc.

Cuando hicimos el calendario de rutas decidimos poner para el sábado de semana santa una ruta corta y asequible, para que pudiese venir todo el mundo y al terminar irnos de comida.
La ruta elegida fue en Artana, para visitar la cova del tronc y la mina 8000, que vimos en el blog de caminandohacialasalturas y que cumplía todos los requisitos.
Así que, sin madrugar demasiado, ya que Artana no está demasiado lejos, a las 7 nos presentamos en el club un buen grupo, incluido algún niñ@, aunque como siempre con alguien fallando...
Después del viaje, comenzamos a caminar por una pista que sale antes de llegar al pueblo, con un poste que indica las dos rutas.

Poste indicando las rutas.

Comenzando a caminar.

Por una cómoda pista.

Gustavo cambió por un día los pañales por la mochila.

Mucha testosterona, ¿no?

Dos cracks.

Poco a poco, al ritmo que nos marca África, vamos avanzando por la pista y disfrutando del paisaje, aunque de vez en cuando unos tienen que esperar...y otros portear!!!

El grupo de los Gavilanes esperando...

...y el grupo de las palomas llegando, jajajaja.

Pero todos disfrutando del paisaje.

El tío porteando a África.

Llegando al desvío de la senda.

Así, poquito a poquito, llegamos al inicio de la senda que nos llevará a la cueva, una senda muy disfrutona que nos sorprendió gratamente.


Comenzando por la senda.

Bonita senda.

Vamos subiendo.

Comenzamos a tener vistas.

Llegando a la cueva tenemos vistas de toda la plana.

Llegamos a la cueva, donde hay un pequeño mirador, y aprovechamos para almorzar, ya que el sitio es cómodo, y luego ya entraremos a ver la cueva.


Hora del bocata, Morant está contento...

¡Grande el rojo con sus desperado!

Al final del día hicimos un buen manojo.

Al fondo el Bartolo y el cresterío de las agujas de Santa Agueda.

Josevi y Tomás.

jajaja, Morant y su almuerzo...

Gustavo, África y Dori.
 
¡Dori boquiabierta ante el paisaje!

Bueno, después de hincarle el diente al bocata, cogemos las frontales y nos vamos para dentro de la cueva. La entrada es un poco estrecha, y da paso a una cavidad donde vemos algún agujero con una considerable caída y además el suelo está resbaladizo, por lo que exploramos con cuidado viendo alguna galería más donde no podemos bajar. Las paredes están recubiertas de algo dorado que al alumbrar con las linternas parece oro, pero al acercarte ves que son unas gotitas de algún líquido que rezuma de las paredes.


Acceso a la cueva.

Gustavo adentrandose en las profundidades.

Los auténticos hombres de las cavernas.

Explorando las entrañas de Pachamama.

¡Oro, oro! más quisiéramos...

Estamos un rato allí dentro, pero va siendo hora de irnos, por lo que volvemos sobre nuestros pasos hasta un cruce de pistas donde nos encaminamos hacia la mina 8000, vestigio de la actividad minera de la zona, en tiempos importante.
La verdad es que esta parte de la ruta nos defraudó un  poco, ya que transcurre todo el rato por una pista sin mucho aliciente y al llegar a la mina hay una valla lejos de la boca, es decir, no tiene nada, lo único es que hay unos bancos y una fuente al lado, pero como ya habíamos almorzado, pues tampoco le dimos mucha importancia. Eso si, pudimos disfrutar de otra actuación de nuestro particular Bihain The musgo...jejeje.



Volvemos a la pista.

Nuestro amigo Bihain y el cámara rogélido.

Un nuevo capítulo de Bihain the musgo.

Al final, pese a que el presi estuvo padeciendo por si África nos retrasaba demasiado, se portó como una campeona y entretenida con el gps acabamos la ruta en el horario previsto, y como dije al principio, la mayoría se fueron a disfrutar del resto del día en buena compañía y de paso meterse entre pecho y espalda un paellón del quince.

Una campeona.

La prota del día.

Jugando a ser guia.

El grupo al acabar la ruta.

Ya en la caseta de Morant.
Gustavo de cocinero y Joserra castigado por faltón.


Silvia también se saltó la ruta y acudió a la jarana...


¿Morant o el Fari? vaya torito....

Unos currando y otros....jajaja.

Las paellas de Gustavo tienen fama, ¡a ver cuando puedo catarlas!

¡Al ataque!

Y para finalizar, ¡el cremaet!

Una vez más disfrutamos de un estupendo día de montaña, y algunos afortunados también de la paella y todo lo demás, pero como siempre lo mejor de todo la compañía.
Esta vez me gustaría destacar a tres personas, en primer lugar a Gustavo, porque no habíamos podido coincidir todavía, entre el trabajo y su reciente paternidad no le queda mucho tiempo para la montaña, y fue un placer compartir un rato con el. Después a Tomás, porque como la otra vez está hecho un crack, aguanta lo que le echen. y por último, a una princesita, África, a la que su papi le pegó el madrugón y al principio estaba un poco ñoña, pero acabó aguantando todo el día como una campeona.
¡Hasta la próxima, amigos, nos vemos en las montañas!

No hay comentarios:

Publicar un comentario