domingo, 10 de noviembre de 2013

Els Ports III, 2do día

Suena el despertador a las 6:15 y, aunque parezca increíble, hoy hemos descansado. Unos más que otros, eso sí, pero para lo que suele ser habitual en los refugios, festival de ruidos varios, hemos pasado bastante buena noche.
Desayunamos, pagamos y un ratito después estamos listos, sin perder mucho tiempo, a ver si llegamos a buena hora para poder comer en Fredes.


A punto de salir


Nos ponemos en marcha, hoy haremos la vuelta íntegramente por el GR7, en primer lugar por asfalto para salir de la urbanización que hay bajo el refugio, hasta que cogemos la preciosa senda que nos sube hasta el Coll de Pallés, donde pasamos a la otra vertiente, cara este con vistas al mar y resguardados del vendaval que hace.


Saliendo de la urbanización.

Trenecito de favores...jajaja.

Silvia al principio de la senda.

Subiendo hacia el Coll de Pallés.

Vistas desde el Coll de Pallés.

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Al haber pasado al otro lado nos libramos por un rato del viento, y además podemos disfrutar de unos kilómetros de senda espectaculares, que va pasando de un barranco a otro, colgados en la ladera de la montaña, en un sube y baja frenético pero hermoso.


Maravillosas vistas.


En la inmensidad de Els Ports.

Enamoran estas montañas.


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Nosotros hacia la Cova del vidre.

Marcas a gogó.

Increíble el GR7


Más vistas.

Magnífico paisaje.

Árbol caído.

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Vista atrás...

...y adelante, mires donde mires, extasiante!!!

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Colores.

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Paisajes otoñales.

Rincón del GR.

Poco a poco nos alejamos del Mont Caro.

El presi, como siempre, emulando a las cabras.

Subidita wapa.

Disfrutando como enanos y embriagados de la belleza de estas montañas nos vamos acercando a la cova del vidre, gran cavidad donde había restos de un fuego estratégicamente colocado para reflejar el calor en unas rocas, magnífico vivac de los pastores que se refugian con su ganado. Un poco después de visitarla, la senda se termina dando un giro que nos deja en una pista dirección Casetes Velles, con todo el aire de cara, un verdadero suplicio, ya que vamos subiendo poco a poco, pero el esfuerzo es enorme con este viento que nos tiraba para atrás.



Cerca de la cova del vidre.

El camino sigue siendo perfecto.

Su cara lo dice todo, ¿no?



En este rincón los pinos estaban completamente colonizados.

Llegando a la cova del vidre.

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Entrada de la cova del vidre.

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Todo esto ya está cubierto.

Vistas desde la cueva.

¡Un cavernícola!

Recortando silueta, como el tío la vara!!!

Aquí acaba la senda.

Cogemos ahora la pista.

Cuesta avanzar con el aire de cara.

Aquí se ve mejor las caras de sufrimiento.

Seguimos sufriendo el aire en contra y el frío hasta que al pasar Casetes Velles, pasamos por el refugio libre Mas del Frare y cogemos de nuevo senda por donde vamos algo más protegidos, en dirección ya hacia el refugio Font ferrera. Este tramo ya lo conocemos del año pasado, un tramo muy bonito también.

Luchando contra el viento.

Debía estar fresquita...

Seguimos por la pista.

El paisaje sigue siendo por momentos espectacular.

Más pista...

...y más vistas.

No veas el mas que tiene el Andresico....

Casetes Velles, aquí nos desviamos de la pista.

Precioso.

Volvemos a las sendas.

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¡¡¡Hombre!!! Bihain the musgo versión navideña...

El presi arriesgando...

Las vistas son inmensas.

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Ya queda menos.

Ahí está el Montenegrelo, lo subimos el año pasado.

Font del Bassiot.

Un indígena en canoa. ¿se llamará nube negra?

Ya nos falta poco para llegar al refugio, enseguida acabamos la senda y queda un poquito de pista, pero luego nos falta la última subida y bajada hasta el coche, por lo que decidimos hacer una paradita en el refugio para estirar un poco, las piernas ya están cargadas.


Último tramo de pista antes del refugio.

Última subida, camino del coche.

Por fin llegamos al coche y salimos zumbando para ver si nos dan de comer, no sabemos si habrá algo abierto...menos mal que si, paramos en el restaurante que hay saliendo de Fredes y nos damos un merecido homenaje. Después, un par de horas de coche y de vuelta en casa, cansados, pero cargados de sensaciones y buenos momentos que nos llenan el alma por mucho tiempo.


Como colofón...

Al final nos salieron 26'5 km y unos 1200 m de desnivel el primer día y 21 km y sobre 1000 m el segundo día.
Solo me queda decir que esta es la tercera vez que vengo por estos parajes y no deja de sorprenderme, así que no tendremos más remedio que volver... mientras tanto, nos veremos por otras montañas.

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